Jorge Bucay nació en Buenos Aires el 30 de octubre de 1949. Es un médico, psicodramaturgo, terapeuta y escritor. Defensor del cuento, su objetivo es crear un vínculo con el lector en el que este sea la unión. Trata de hacernos reflexionar para mejorar nuestro interior y para que, mediante el sentido común, resolvamos los problemas habituales del ser humano.
Había una vez…
Un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún salió del agua…
La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún salió del agua…
Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró…
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza…
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad… está escondida la tristeza.
Fuente: Cuentos para pensar. Jorge Bucay.
Una de las críticas al texto que vais a leer la podéis consultar en este enlace:
"Básicamente el autor reúne varios cuentos para hacerte pensar sobre determinados aspectos de la vida y de nuestra manera de ser y actuar. Si bien hay cuentos que sí consiguen arrancarte alguna reflexión, hay otros tantos que, ... no les encuentro el qué. En este recopilatorio encontrarás algunos muy buenos y originales, como el de la contraportada, el de las barreras que debemos superar o el de aprovechar al máximo la vida, que lo que cuenta al fin y al cabo son los momentos que pasas feliz. Pero por otro lado, el autor, en sus ganas de ofrecer una gran diversidad de formatos, se lanza a por cuentos "experimentales". De esos que son frases puestas una detrás de otra, sólo que va graduando el tamaño de fuente para crear un efecto de refuerzo; otros que son poemas donde se hace hincapié en una letra del abecedario, entre otros muchos otros formatos en los que no me entretendré. (...)
Lo que sí se puede destacar es lo rápido que se lee y que cuando empiezas, ya no lo dejas. El mérito lo tiene en gran medida el hecho de que todos los cuentos, a excepción de alguno más extenso (siempre comparando con los demás), son cortos y se leen en un par de minutos. Eso hace que no caigas en el tedio, pues si uno no te gusta, rápidamente pasas al siguiente. (...)".
Puedes leer el texto en el siguiente enlace.