En una lista con los mejores escritores de todos los
tiempos, Miguel de Cervantes y William Shakespeare ocupan las primeras
posiciones. Hay un universo cervantino y un universo shakesperiano que miles de
críticos han estudiado. Ambos genios crearon mundos que han influido en la
literatura y el arte desde hace cuatro siglos. Por ello, este año se celebran
cientos de actividades para conmemorar el 400 aniversario de la muerte de los
dos escritores más célebres de la historia.
Toda la información de esta entrada está tomada de :http://wikisaber.es/comunidadwiki/blogs/blogpost.aspx?id=338
CERVANTES Y SHAKESPEARE.
El 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. ¿Por qué precisamente este día? Se cuenta que el 23 de abril murieron dos de los autores más importantes de la historia de la Literatura: El Manco de Lepanto y El Bardo de Avon o, lo que es lo mismo, Miguel de Cervantes y William Shakespeare. También se dice que las vidas de estos dos genios estuvieron llenas de coincidencias, pero ¿son estos datos ciertos? Vamos a conocer un poco las vidas y obras que cambiaron la Literatura y el teatro para siempre.
Vamos a deshacer algunos mitos: Miguel y William no murieron el mismo día. El primero murió el día 22 de abril de 1616, pero fue enterrado el 23, por lo que casi lo podemos dar por cierto. El segundo murió realmente el 3 de mayo, pero como en Inglaterra se utilizaba un tipo de calendario distinto (el juliano en vez del gregoriano que se usaba en España), la fecha oficial de su defunción es el 23 de abril. Como vemos, la fecha de celebración del Día del Libro parece un poco cogida por los pelos, pero si añadimos que ese mismo día del mes murió Inca Garcilaso de la Vega y que nacieron otros escritores importantes como Vladimir Nabokov, podemos comprender que, en realidad, resulta ser una fecha muy adecuada. Pero es hora de centrarnos en nuestros protagonistas y conocer un poco mejor las aventuras y obras de dos autores universales que hicieron historia con sus palabras.
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CERVANTES Y SHAKESPEARE.
El 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. ¿Por qué precisamente este día? Se cuenta que el 23 de abril murieron dos de los autores más importantes de la historia de la Literatura: El Manco de Lepanto y El Bardo de Avon o, lo que es lo mismo, Miguel de Cervantes y William Shakespeare. También se dice que las vidas de estos dos genios estuvieron llenas de coincidencias, pero ¿son estos datos ciertos? Vamos a conocer un poco las vidas y obras que cambiaron la Literatura y el teatro para siempre.
Vamos a deshacer algunos mitos: Miguel y William no murieron el mismo día. El primero murió el día 22 de abril de 1616, pero fue enterrado el 23, por lo que casi lo podemos dar por cierto. El segundo murió realmente el 3 de mayo, pero como en Inglaterra se utilizaba un tipo de calendario distinto (el juliano en vez del gregoriano que se usaba en España), la fecha oficial de su defunción es el 23 de abril. Como vemos, la fecha de celebración del Día del Libro parece un poco cogida por los pelos, pero si añadimos que ese mismo día del mes murió Inca Garcilaso de la Vega y que nacieron otros escritores importantes como Vladimir Nabokov, podemos comprender que, en realidad, resulta ser una fecha muy adecuada. Pero es hora de centrarnos en nuestros protagonistas y conocer un poco mejor las aventuras y obras de dos autores universales que hicieron historia con sus palabras.
Miguel de Cervantes, el Manco de Lepanto.
Miguel de
Cervantes, apodado también “Príncipe de los Ingenios”, es el novelista,
dramaturgo y poeta más conocido de España, hasta el punto de que al castellano
se le denomina “Lengua de Cervantes” por la enorme influencia de su obra.
La vida de
un escritor puede parecer aburrida y sedentaria, pero, desde luego, la de
Miguel no lo fue. Nació un septiembre de 1547 en Alcalá de Henares, y fue el
cuarto de siete hermanos. Su padre, que era médico, tuvo que pasar por prisión
por deudas que no podía pagar. Hace tantos años de esta etapa de su vida que
nadie sabe a ciencia cierta dónde estudió Miguel, pero ya en su juventud
comenzó a escribir pequeñas poesías y se aficionó al teatro.
Pasados
unos años se fue a vivir a Italia, al parecer buscado por la justicia tras
haber herido en un duelo a un maestro de obras. Durante su estancia en Roma, se
empapó de la cultura italiana, de la que guardó un grato recuerdo. Visitó
varios lugares del país hasta que se alistó en un tercio del ejército y,
embarcado en una galera, se dirigió a la guerra. Participó en la cruenta
Batalla de Lepanto, que enfrentó a una coalición cristiana compuesta por
España, Venecia, Génova y la Santa Sede contra una flota de turcos otomanos.
Cuentan que Miguel estaba muy enfermo antes de entrar en batalla, pero que él
agarró su espada negándose a reposar mientras sus compañeros luchaban. Al
final, la coalición cristiana salió victoriosa, pero entre sus bajas y las del
enemigo sumaron más de 30.000 muertos. Cervantes salió vivo de la carnicería,
pero un trozo de metralla le dejó la mano izquierda inútil, conociéndose desde
entonces con el apodo de “El Manco de Lepanto”.
Pero no
acaban aquí las desventuras de Miguel. Pasó unos años más como militar hasta
que, en 1575, la galera en la que volvía a España junto con su hermano Rodrigo,
fue apresada por turcos, que le vendieron como esclavo. Sus captores pidieron
un alto rescate por él, ya que sabían que era un personaje relevante, por lo
que su familia no se pudo permitir pagarlo. Pasó preso cinco años, pero no se
quedó de brazos cruzados, sino que intentó escaparse en, al menos, cuatro
ocasiones sin mucho éxito, ya que sus planes fracasaron por traiciones e
imprevistos. Su familia consiguió dinero para rescatar a uno de los dos
hermanos, pero Miguel prefirió que Rodrigo fuera el afortunado, volviendo este
último a España y dejando atrás al escritor. Un Fraile cristiano se encargó de
reunir el dinero que hacía falta para el rescate y consiguió su libertad en
septiembre de 1580.
Tras
varios trabajos realizados para pagar las deudas del rescate, Miguel contrajo
matrimonio en 1584 con Catalina de Salazar. Entre los años 1581 y 1583,
Cervantes escribió La Galatea, considerada su primera obra literaria con
todas las letras, que trata sobre una virtuosa joven cortejada por dos
pastores. La Galatea era la primera parte de una saga de seis entregas,
pero, desgraciadamente, otros proyectos alejaron a Cervantes de completar una
segunda entrega, por lo que quedó incompleta.
Varios
años después, se estableció como cobrador de impuestos en Sevilla, dirigidos
sobre todo a mantener costosas guerras en las que, por aquel entonces,
participaba España. Este trabajo no le hacía muy popular entre sus
conciudadanos, como habrás supuesto, ya que nadie veía con buenos ojos que le
quitaran su dinero para guerrear. En 1597, Cervantes fue acusado de aprovechar
su cargo para robar dinero público, así que fue encarcelado, donde comenzó a
imaginar el universo de su obra cumbre: Don Quijote de La Mancha.
Don Quijote de La Mancha o El Caballero de la Triste Figura.
Esta obra
comenzó siendo una burla a las novelas de caballerías que tan de moda estaban
en la época, llenas de caballeros de brillante armadura que rescataban a
virtuosas doncellas en apuros, pero terminó siendo un reflejo de la sociedad
española de la época y una crítica muy ingeniosa. La novela se divide en dos partes:
“El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha” y “El ingenioso
caballero Don Quijote de La Mancha”, que narran las desventuras de un
hidalgo delgaducho llamado Alonso Quijano que enloquece tras leer demasiadas
novelas de caballería, creyéndose él mismo un caballero andante. Tras
renombrarse a sí mismo “Don Quijote de la Mancha”, monta en su caballo
Rocinante en busca de aventuras. A pesar de su aparente locura, que le lleva a
situaciones extravagantes como pelear contra molinos de viento creyendo que son
gigantes, Don Quijote es un personaje entrañable de gran lucidez.
También se
le unirá como fiel escudero Sancho Panza, un aldeano bajito y regordete,
sencillo y con una gran sabiduría popular, por lo que resulta un buen
contrapunto a su culto y loco señor. Don Quijote buscará el amor de Dulcinea
del Toboso ya que, según las viejas novelas de caballerías, todo caballero debe
dedicar sus hazañas a una hermosa doncella. En realidad, Dulcinea es una
campesina llamada Aldonza, pero la fértil imaginación y locura de Don Quijote
la convierten en emperatriz. A lo largo de su viaje, Don Quijote se verá
envuelto en mil y una situaciones debido a su locura, aunque no tendrá tanto
éxito como los flamantes caballeros de las novelas a las que es tan aficionado.
La primera
parte de la novela, publicada en 1605, fue un éxito, marcando época en el mundo
de la escritura e influyendo notablemente sobre la novela moderna. La segunda
parte no llegó hasta 1615, ya que durante este tiempo, Cervantes publicó un
conjunto de doce narraciones breves llamado Novelas
Ejemplares. Cervantes murió un año después de la publicación de la segunda
parte y, tras su muerte, se publicó otra novela suya titulada Los trabajos de Persiles y Sigismunda, cuya
calidad fue eclipsada por las aventuras de Don Quijote.
Uno de los
grandes méritos de Cervantes fue tomar un género explotado y agotado como el de
las novelas de caballerías y sacar de él un nuevo género lleno: la novela
polifónica, llena de puntos de vista y complejidad. Aunque experimentó con
otros géneros, nunca llegaría a igualar la genialidad narrativa de su propia
obra maestra.
William
Shakespeare, El Bardo de Avon.
La vida de William
Shakespeare está llena de misterios, ya que hay muy poca información sobre él.
Esto ha hecho pensar a algunos historiadores que el mayor autor en lengua
inglesa de la Historia ni siquiera existió, que simplemente era un pseudónimo
tras el que se podía esconder alguno de los escritores más famosos de la época,
y que el verdadero William Shakespeare jamás tuvo que ver con esos textos geniales.
Esta
teoría viene dada por el origen humilde de Shakespeare, nacido en
Stratford-upon-Avon en 1564. Era el tercero de ocho hijos de un próspero
comerciante, que cayó en desgracia acusado de un comercio ilegal. Nadie sabe
dónde estudió William, aunque se supone que fue en una buena escuela donde
aprendió las obras de grandes autores como Esopo. Cuando alcanzó los dieciocho
años de edad, William contrajo matrimonio con Anne Hathaway. Tuvieron dos hijas
y un hijo, pero éste último murió joven.
Pasaron
unos años oscuros en la vida de William en los que no hay constancia de lo que
hizo; solamente se sabe que, en 1592, Shakespeare ya se encontraba en Londres
trabajando como dramaturgo y que comenzaba a destacar. Pronto se convirtió en
actor, escritor y copropietario de una compañía teatral muy popular. Fueron
años prósperos para William, en los que llegó a ganar bastante dinero, aunque
acabó por retirarse a su pueblo natal en 1611. Dos años después, el teatro
donde guardaba sus obras se incendió, perdiéndose gran parte de su trabajo,
incluyendo una comedia inspirada en un personaje de Don Quijote de la Mancha
llamada Historia de Cardenio. Aquí se
cruzan por primera y última vez los caminos de nuestros dos protagonistas, ya
que lo único que se puede afirmar es que William Shakespeare llegó a leer la
primera parte de Don Quijote, aunque
nunca sabremos si llegó a leer la obra completa.
William
murió el 23 de abril de 1616 (según el calendario que usamos ahora, el 3 de
mayo) y sus hijas no tuvieron descendencia, así que su estirpe se extinguió
para siempre. Cuenta la leyenda que el propio Shakespeare escribió el epitafio
de su tumba antes de morir para evitar que le desenterraran en un futuro, en el
que maldice a aquel que se atreva a abrirla:
Buen
amigo, por Jesús, abstente
de cavar
el polvo aquí encerrado.
bendito
sea el hombre que respete estas piedras,
y maldito
el que remueva mis huesos.
Se dice
que junto a su cadáver reposan sus obras inéditas, pero el miedo de la
maldición de sus palabras ha mantenido alejados a los curiosos. Mucho se ha
hablado sobre si Shakespeare fue el verdadero autor de sus obras. Se sabe que
la persona existió, sin embargo, hay voces críticas que afirman que su nivel
cultural no era suficiente para crear tan magnas obras, además de que sus obras
pueden contener mensajes ocultos y referencias a otros dramaturgos que podrían
estar detrás de su autoría.
El Teatro
de la época.
Cuando
Shakespeare se inició en el teatro, este arte estaba sufriendo una profunda
renovación en Inglaterra. En sus orígenes, el teatro era una tradición popular
asociada a otros entretenimientos más bárbaros como peleas de osos encadenados
a perros, pero poco a poco fue ganando mecenazgos de nobles y fue adquiriendo prestigio.
Aún así, las obras se representaban en los patios interiores de las posadas,
muchas veces focos de enfermedad por la falta de higiene, además de lugar común
de revueltas y peleas. Estos factores de riesgo hicieron que la representación
teatral se regulara, haciendo que únicamente se pudiesen representar obras en
lugares autorizados. Así se construyeron los primeros teatros, en los que
William pudo dar cobijo a sus obras y oficializar su profesión en lugares que
podían llegar a acoger a unos 2000 espectadores.
Las
mujeres tenían prohibido actuar, así que se encargaban los papeles femeninos a
jóvenes varones de aspecto aniñado y voz suave. Era un teatro popular lleno de
chistes de mal gusto, pero también había lugar para la afectación más fina, por
lo que resultaba una mezcla muy enriquecedora que le daba un carácter especial.
Era muy común presentar el personaje del Bufón en las obras, ya que su carácter
de individuo con pocas luces permitía a los autores introducir críticas a las
autoridades que se hubieran considerado una ofensa (incluso delito) en boca de
personajes inteligentes.
Sus obras.
Debido a
la escasez de datos sobre la vida de Shakespeare, no se sabe muy bien el orden
de publicación de sus obras. El manuscrito First
Folio reagrupa gran parte de su producción literaria, pero fue publicado
ocho años después de su muerte. En él se mezclaban comedias, tragedias y obras
históricas, los géneros más importantes que trató.
Las Tragedias
son historias de seres humanos desdichados que sufren, matan y mueren, todo de
una manera muy trágica y exagerada. Su tragedia más conocida en un nivel
popular es Romeo y Julieta, una historia
de dos jóvenes de clanes opuestos que se enamoran a pesar de la oposición de
los suyos. También son muy conocidas otras obras como Hamlet, que trata de conspiraciones y muerte en torno al trono de
Dinamarca; Otelo, cuyo protagonista es un
moro (algo tabú en la época) que vive todo tipo de desventuras, o El Rey Lear, otra tragedia sobre un rey de
las Galias destronado y su hija.
Las comedias
eran el contrapunto a las tragedias, con continuos juegos de lenguaje y enredos
dados por los contrastes entre clase social, género o poder. Tras varias
aventuras disparatadas, al final de la obra se restaura la cordura de la trama
y el orden vuelve a la vida de los protagonistas. Los finales suelen ser
festivos y placenteros y las tramas suelen incluir el personaje del bufón,
siendo Falstaff el predilecto en las obras de Shakespeare. Entre sus comedias
más conocidas están El sueño de una noche de
verano, Mucho ruido y pocas nueces, La fierecilla domada o El Mercader de Venecia, esta última con toques trágicos.
Por
último, las obras históricas cumplían una función oculta: trataban sobre
grandes monarcas para que el pueblo los glorificase y no se rebelara contra
ellos. Se dice que Shakespeare introdujo en sus obras varias críticas ocultas a
los poderes vigentes en su época. Enrique VI o Ricardo III son dos ejemplos de las obras
históricas del autor. Además de las ya mencionadas, existen más obras
atribuidas a William: comedias novelescas o de fantasía, obras perdidas y otras
cuya autoría no es segura.
Como ves,
tanto Cervantes como Shakespeare consiguieron un hueco en la Historia gracias a
su talento y capacidad de innovación, dejando para las posteriores generaciones
un legado extraordinario. Fueron verdaderos pioneros y, sin ellos, la novela y
el teatro no serían lo que son hoy. Tenían una gran pasión por lo que hacían y
supieron recorrer caminos nuevos dejando atrás las ataduras y las tradiciones.
Quién sabe, puede que dentro de 400 años hablen de tus hazañas, así que, si te
gusta escribir, aprende de los maestros y encuentra tu propio camino.
Fuentes:
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